La verdad es que el tema aburre un poco. Es recurrente y repetitivo escuchar hablar sobre los problemas financieros de Grecia, Irlanda, Portugal y España. Ayer le metieron a nuestro mercado un dos por ciento a la baja; tocaba hacerse eco y poner como causa del bajonazo esos problemas. Digo tocaba porque otras veces no toca; jornadas hemos vivido en que suenan los mismos tambores de guerra y las bolsas no caían. Quiero decir, a modo de resumen con esta introducción, que no nos volvamos locos los que no tenemos por costumbre comprar o vender un día para hacer caja al siguiente. Que no perdamos los nervios y cometamos el error de dejar que las malas noticias decidan por nosotros y ocupen el lugar que le corresponde única y exclusivamente al gráfico. Ese es el que debe tener la batuta de la orquesta. Lo que diga el gráfico tiene que ser ley de obligado cumplimiento. El resto, meneos para sacudir al personal que a veces no van más allá de un par de sesiones.
Hablando de gráficos, no todos son sencillos de interpretar. Hoy le echamos un vistazo a uno que la verdad no es nada fácil de entender. Este no es de esos que a primera vista dices: "alcista, seguro" o "vaya media, como cae, aquí no meto un duro". La gráfica de ACS tiene su dificultad; los indicadores se están encargando de mostrarnos señales muy opuestas las unas de las otras. Mientras por un lado el índice de fuerza relativa permanece mostrando debilidad, por otro la mano fuerte lleva acumulando títulos mucho tiempo. Sólo en una ocasión nos ha dejado plasmado el gráfico de la constructora un intento de fuga. En Septiembre del año pasado rompió al alza los 34 euros que ahora son un muro de importancia. Todo parece indicar que, hasta que no se vuelvan a superar y con ello se consiga hacer girar a esa MM30 que es bajista ahora mismo, lo más prudente y sensato será estar fuera del valor; por mucho que la mano azul esté esperando otra cosa.
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